martes, 28 de diciembre de 2010

El solo, el expreso y el cortado



Los murcianos Germán Merino y Pedro Martínez y la extremeña Elena Marcelo ruedan este fin de semana el cortometraje 'El solo, el expreso y el cortado', que tiene como protagonista al actor cartagenero Enrique Escudero, según han informado a Europa Press fuentes de la dirección del film.

Así, este sábado y domingo comienza el rodaje del cortometraje, con producción "cien por cien murciana", con guión y dirección de Germán Merino, Elena Marcelo y Pedro Martínez y coproducido por Churros y Patatas Comunicación y El Plan del Mono Producciones.

El corto narra una historia de acción y sangre con tintes cómicos, protagonizada por Enrique Escudero y Salvador Serrano, con la colaboración de Belén Escudero, Mario Molina y Fuensanta Gómez como actores de reparto y la participación especial de Antonio de Bar 'El Albergue'.

De este modo, el cortometraje será realizado en dos bloques, siendo los días 14 y 15 de enero de 2011 la grabación de la segunda parte. Su estreno está previsto a mediados del próximo mes de febrero, cuando se realizará su proyección en un lugar aún pendiente de confirmación.

viernes, 24 de septiembre de 2010

CREAJOVEN 2010


AERO-LINEAS CURVAS


AZUL, VERDE Y AMARILLO. BLANCO


CIEN AÑOS PRESA

Finalista CREAJOVEN 2010 MURCIA
Exposición en el LABORATORIO DE ARTE JOVEN de Murcia
Del 23 de Septiembre al 06 de Octubre

viernes, 17 de septiembre de 2010

Se fue...

A medias...



Un cigarrillo encendido justo cuando el autobús entra al final de la calle...
Un vermú confundido con el rojo de los labios pintados perfectos sobre el filo del vaso...
Una conversación cuando el de verde te toca la ventanilla pidiéndote colgar el teléfono...
Un paseo por la playa cuando las nubes se cierran y comienza de golpe a llover...
Un suspiro afirmativo acelerado tu ritmo antes de que puedas llegar a la meta...
Así te dejan... a medias...

lunes, 16 de agosto de 2010

INFANCIA II




La niñez es como una veleta al viento... a veces pasa muy deprisa, otras a penas parece correr, depende de lo que nuestra felicidad sople...

Luz Mérida

INFANCIA



"¡Años de niñez en que el tiempo no existe!
Un día, unas horas son entonces cifra de la eternidad."

Luis Cernuda (1902-1963), poeta español.

lunes, 2 de agosto de 2010

domingo, 30 de mayo de 2010

Educacción



Dirección y Guión
JOSE LUIS PALLARES PÉREZ
BEATRIZ MUÑOZ BALSALOBRE

Idea
CHURROS Y PATATAS

Tuerta

Por Luz Mérida

Me estuvo rondando toda la noche...
Zumbaba entorno a mí acercándose ajeno a mis intenciones,
ya había soportado a demasiados como él,
mi cuerpo estaba ya para pocos trotes...

Sin que pudiera seguirle la pista después de un rato desapareció.
No recuerdo nada más, salvo que no volví a sentirle.

Pero esta mañana me he levantado tuerta... El puto mosquito!

miércoles, 5 de mayo de 2010

COMPAÑERO DE VIAJE

Por Yapecoyoporti, LA VERDAD de Murcia, 05.05.2010 Pag. 42

COMPAÑERO DE VIAJE

Gracias. Gracias agente. De verdad. Muchas gracias señor agente de la ley y el orden... y de las buenas costumbres. Gracias por darme el alto. Gracias por levantar el brazo y delatarse con su verde inconfundible. Gracias por hacerme ver, por ello, que no se trataba de un generoso saludo de los que a mi tanto me gusta repartir a desconocidos. Gracias por hacerlo en aquella carretera secundaria tan tediosa del centro de Castilla. Gracias por indicarme de manera tan gentil e inequívoca el sitio idóneo donde aparcar mi vehículo para no estorbar a ningún otro usuario y luego poder salir sin tener el más mínimo problema. Gracias por no dejar que su compañero, algo menos agradable que usted, se acercara a mi coche, eligiendo felizmente atenderme usted mismo. Gracias por hacerme bajar la ventanilla y recordarme, con suma educación, que era preciso quitar esa horrible y distorsionada emisora que me distraía y que seguramente fuera la causante de todo, para así, poder disfrutar del mismo aire puro que respiraba y escuchar lo que ya mi inestable estómago intuía. Gracias por darme las buenas tardes tal y como seguramente manda su manual. Gracias también por sólo pedirme el carnet de conducir y no hacerme buscar los papeles del coche que tenía esparcidos por la guantera de forma desordenada. Gracias por hacerme sentir tan inferior al mirarme desde solo medio metro más de altura y al no permitirme salir del coche ni para estirar las piernas. Piernas que llevaban varios cientos de kilómetros encogidas a los pedales. Cierto es que solo lo sugerí. Perdón por no haberme aventurado más. Soy un cobarde, lo sé, nunca me he atrevido a hacer este tipo de cosas. Casi no soy digno ni de ser mirado a la cara por un uniformado. Gracias por no reírse de mí a la absurda e inocente pregunta de si hice algo mal. Gracias por explicarme con la maestría y serenidad de un profesor de escuela cuál fue mi tremenda falta, cuál fue mi infracción. Gracias por detallarme con suma y exquisita precisión que yo, fuera de mí, circulaba a la imprudente velocidad de 110 cuando ésta estaba limitada a solo 70. Gracias por interrumpirme cuando tímidamente intentaba preguntarle, y preguntarme a la vez, que estaba en una nacional, que la velocidad máxima es de 100... Gracias, gracias y gracias por contarme como si de un cuento se tratase y sin perder un ápice de paciencia, que circulaba por un tramo limitado a 70, que atravesaba un cruce, que había una señal que me lo indicaba, la cual, lamentablemente, yo no vi. Gracias por alejarse, por dejarme solo, por permitirme estar cerca de 3 largos e interminables minutos tostándome al sol, inmóvil, pensativo, repitiéndome una y otra vez que no podía ser, que yo salía de la autovía y no había visto nada, que no entendía nada, que no se qué cojones hago con un puto BMW sin ni siquiera dinero para pagar la multa, que solo me quedaban 3 puntos del carnet, que cómo cojones le explico yo esto a mis padres que son los que me lo están pagando todo ahora. ¡A mis 30 años! Que si mi tío es guardia civil, que si casi me pongo a llorar. ¡Que si joder, joder... joder! Gracias por venir. Por no dejarme solo más tiempo. Por impedir con tu sola presencia que parara de hacerme daño diciéndome verdad tras verdad, esas que tanto me gusta decir a los demás. Gracias por darme ese papelito recién impreso al que apenas presté atención, en el que se detallaba toda mi fechoría. Gracias por ahorrarme el mal trago de leer la nota, que ya estaba alojada de mala manera junto a los restos que dejó mi parada anterior, al decirme que son 140 euros y dos puntitos de carnet. Puntos, perdón, dijo puntos. Gracias por explicarme la generosa oferta de que si pago la multa antes de “yoquesecuantos” días me descuentan “nosecuanto” porcentaje. Gracias por devolverme mi carnet de conducir recién estrenado tal y como se lo di. Gracias por haberme atendido de forma tan profesional en aquella comisaría improvisada que, hasta mi presencia en ella, sólo era para mí un descampado más, de los muchos que ignoré antes y de los tantos otros que temí después. Por haber hecho de su trabajo una labor encomiable, gracias, mil gracias. Una labor digna de la mayor de las menciones. Gracias por haber salvado, con su arriesgada y valerosa acción, la prometedora vida de un descerebrado joven que estaba a punto de tirarla por la borda, junto a la del que se cruzase en su camino hacia una muerte segura. Mis padres, mis hermanos y mis amigos también le agradecen el mal trago que usted les ha ahorrado. Especialmente mi madre jamás le habría perdonado que esa tarde no hubiera estado tan pendiente de mí, que no se hubiera convertido sin saberlo en mi ángel de la guarda. Gracias por haber salvado no solo mi vida, sino la de tantas personas de bien con ese simple gesto. Gracias por pasar por alto todos los demás desperfectos de mi coche que, sin duda, hubieran hecho nuestra sobria conversación algo más rica. Gracias por despedirme con educación, con la presumible educación que se le supone a un agente bien educado. Gracias por darme preferencia sobre otro incauto e imprudente conductor que tampoco se percató de la dichosa señal vertical que indicaba inequívocamente "tío, estás salvado". Confío en que haya tenido tanta suerte como yo. Gracias por facilitarme la reincorporación a la circulación mediante un leve levantamiento de brazo, el mismo brazo y el mismo gesto con el que empezó todo. Gracias por mirar y responder el saludo al despedirme. Gracias por dejarme ser otra vez de nuevo un conductor más, por permitir que el anonimato que siempre me gusta llevar por la carretera se apoderara de mí. Gracias por elegir y ofrecer su parte más pedagógica para que me acompañara durante todo el resto de mi viaje y hacer de éste un viaje más seguro. Gracias por hacerme ver en sus recomendaciones un perfecto compañero de viaje, ese compañero que nunca te abandona y que no te permite poner otra vez la radio. ¿Recuerda? Esa estúpida emisora que no me dejó ver la señal. Gracias por no dejarme pensar en otra cosa, por recordarme en cada señal de tráfico que veía pasar lo afortunado que fui. Gracias por permitir que estuviera jodido, irritado y seguramente confundido y equivocado. Gracias también por no dejar en mí ningún tipo de rencor hacia usted. Gracias por secar mis lágrimas, estoy seguro de que no lloré porque usted me acompañaba, sinceramente, gracias.

lunes, 3 de mayo de 2010

Mi chica favorita


“MI CHICA FAVORITA”

Por Churros y Patatas

Abro los ojos. Desorientado echo un vistazo rápido a mi alrededor, pero todo está difuso. Me llevo las manos a la cara para confirmar, aún aturdido, que he perdido las gafas al caer, y tembloroso, comienzo a palpar entorno a mis piernas en busca de las que hasta hace unos segundos hacían de mi vista algo decente. Por fin las encuentro; me las pongo y vuelvo a mirar a mi alrededor.

De repente veo el rostro de quien, por su mueca, atino a pensar que es la causa de que yo esté en el suelo. Incorporándose, con gesto amable, me tiende mi teléfono móvil todavía milagrosamente encendido; debió escurrirse de mi mano al tropezarme con aquel hombre, recuerdo que estaba hablando. Su gesto me hace suponer que esto se resolverá de forma rápida y amistosa.

- Gracias, muchas gracias. ¿Se encuentra usted bien? – le pregunto.

- Sí, tranquilo, sólo ha sido un tropezón tonto. Siento haberle arroyado.- me responde.

- No se preocupe, estoy bien.- digo yo zanjando la situación.

Todo sucedió en lo que a mi me pareció un instante, de hecho, casi todo lo que sucedía esa mañana parecía ocurrir en una acelerada procesión de intensos instantes.

El hombre se da la vuelta y continúa su camino mientras yo, recuperado de vista, oído y aliento, asumo mi verticalidad como si nada hubiera pasado. Mi historial de incidentes de alguna manera parece haberme acostumbrado a esto que hace unos pocos años jamás habría imaginado. Intento retomar la conversación que había dejado colgada al móvil debía hacer ya más de un minuto.

- ¡Consuelo, Consuelo! ¿Estás ahí?- pregunto casi a gritos.

Lo había escuchado todo, el choque, la caída, las disculpas. Sobraba pues perder tiempo en dar explicaciones, así que cuelgo después de confirmarle que yo me hago cargo de llamar a la inspectora.

El ruido de la plaza y todo su colorido parece ahora hacerse eco en mi cabeza. De nuevo cojo el teléfono para llamar a la inspectora. Registro con la mirada cada palmo de la plaza a mi alcance mientras espero escuchar la voz de la recepcionista al otro lado de la línea.

- Soy Antonio Castillo, con la Inspectora Bernal, por favor, ¡es urgente!.- Unos segundos después, respondo al saludo de la mujer. - Buenas tardes, Inspectora Bernal.- digo antes de ir al grano. – Se ha vuelto a escapar. Encontré la puerta de la casa abierta, pero todo parecía estar normal.

Me tranquiliza escuchar que va a poner en marcha a una brigada para prestarme ayuda, y más aún su apoyo moral, las palabras de quien, a diferencia de mí, seguro, está ya acostumbrada a todo esto. Sigo mirando a mi alrededor. Me guardo el teléfono en el bolsillo de mi chaqueta marrón recién estrenada, regalo de mi madre por mi cumpleaños, mientras comienzo a andar por los soportales hacia la Puerta de Sol; sé que el tumulto es algo que a ella siempre le ha atraído.

La ropa parece pesarme sobre el cuerpo más de lo habitual; supongo que es el calor que me embriaga con la tensión. El aliento se me escapa ahora sereno, pero fuerte, perdido en la sensación de vivir una historia que se repite, pero que siempre es diferente, cada vez distinta. Por mucho que lo intentara, que no quiero, creo que no podré acostumbrarme.

El eco de las copas del músico sentado en la esquina nada más salir de la plaza, el claxon de los coches del semáforo al final de la calle pitando porque el primero no se ha dado aún cuenta de que ya se ha puesto en verde… Tanto ruido no me deja responder a las preguntas que no cesan de surgir en mi cabeza. A paso ligero cruzo la Calle Mayor sin parar de mirar por todas partes. Estoy llegando a la Puerta del Sol.

Me paro unos instantes a recuperar el aire que mis pulmones empiezan a estar echando en falta. Doy una vuelta sobre mí mismo como intentando mirar más allá de las cabezas de todo el mundo. Mis ojos no dan a más y mi corazón casi se desborda cuando siento el teléfono vibrar sobre mi pecho, confundido casi con mis latidos, desde el bolsillo interior de mi chaqueta. Meto la mano y saco el móvil. Es Consuelo, debe estar de camino.

- Sí, ¿dónde estás? – respondo después de descolgar. La escucho y le indico.

- Peina la calle desde Callao por Preciados hasta la Puerta del Sol, yo voy siguiendo el camino desde la Plaza Mayor, mira por todas partes, tiendas, cafeterías. Una brigada de la Inspectora Bernal viene para acá y ha dado el toque de alarma a todos los comercios de la zona.- Ahora parece cambiarme el gesto de la cara al escuchar. - No creo que sea el momento de hablar de eso, Consuelo, ¡por Dios, es que no vas a parar nunca!..., ¡sabes que no accederé!.- Digo chillando.

Cuelgo el teléfono enfadado, mirando cada vez más y más desesperado por todas partes. Antes de que vuelva a metérmelo en el bolsillo, suena otra vez. Esta vez es el nombre de uno de mis mejores clientes el que se puede leer en la pantalla. No es sin duda un buen momento, pero tengo que contestar.

- Alejandro, ¿qué tal? Sé que debía haberle llamado, pero me ha surgido un imprevisto que no he podido eludir, le pido que me disculpe.- Escucho mientras asiento con la cabeza. - Lo entiendo, Alejandro, pero es que hoy me va a ser imposible. Le aseguro que tendré su encargo listo para mañana.- Vuelvo a escuchar su respuesta. - Muchas gracias por su comprensión, tiene mi palabra.-

No he dejado de moverme de un lado a otro mientras hablaba y de nuevo tengo que volver a pararme para recuperar el aliento. Hay tanta gente, tantos desconocidos, tantos ruidos… Ahora ya no sólo es la ropa lo que me pesa, me pesa el cuerpo, me pesa el aire. Me pesan lo años y las experiencias superadas y todas y cada unas de las veces que he suplicado que aquello no volviera a suceder.

De repente mi corazón vuelve a truncar su ritmo, me ha parecido ver su reflejo en el escaparate de la tienda frente a la cual me encuentro. De golpe me doy la vuelta y sin vacilar atravieso la línea de gente que a mi espalda camina ignorando mi búsqueda desesperada. Me miran extrañados cuando les asalto apartándolos a un lado y a otro. Vuelvo a verla unos metros más adelante, caminando en el mismo sentido que yo. Cuando casi estoy a punto de alcanzarla, y cómo si hubiera percibido mis intenciones clavadas sobre su nuca, se da la vuelta. En lo que dura un suspiro, caen de nuevo sobre mis hombros todos y cada uno de los rincones escondidos de la plaza, todos y cada uno de los innumerables lugares de esta tumultuosa ciudad en los que podría encontrarse. Pero a penas tengo tiempo de recuperarme del golpe. Mi teléfono vuelve a sonar.

- Diga? – Pregunto casi a gritos al desconocido. - Ah!... Hola Esperanza.- Respondo a su saludo. - Bueno, aún no sabemos nada. Estamos en ello. Tengo que dejarla… la avisaré en cuanto sepamos algo nuevo.- Me despido en tono impaciente, pero sin dejar de aparentar serenidad y vuelvo a guardarme el teléfono.

Vacilo durante unos segundos y otra vez empiezo a caminar rápido, ahora hacia la calle Carretas, ella tiene allí un contacto a quien se me ocurre que podría haber querido visitar. Sigo mirando sin parar por todas partes. Algunas personas me observan paradas en la boca del metro, otras mientras andan desconcentradas de sus tareas callejeras de diario, vender cupones, barrer, limpiar zapatos...

Ojos, voces, ruidos y melodías taladran cada vez más fuerte mis sentidos. Pero no puedo venirme abajo. Así que a duras penas subo la cuesta de la calle hasta el número 45. Llego al portal del piso de fachada austera, titubeo con la mano ante los números del telefonillo y finalmente marco el tercero izquierda. Se escucha el pitido del timbre. Durante unos segundos, esperando a que contesten, me vienen a la mente imágenes pasadas, como si estuviera avanzando por el túnel hacia la luz mientras nuestra vida pasa ante mis ojos camino de llegar al fin de sus días. En todas y cada una de ellas veo sus rostro, escucho su voz y hasta puedo oler su siempre hospitalario aroma a canela y miel tostada.

Interrumpiendo mis pensamientos suena de nuevo la estridente melodía de mi móvil. Intento sacármelo aún ausente del bolsillo, sin casi darme cuenta de que una voz de mujer ha respondido ya al otro lado del telefonillo. Vuelvo en mí, y contesto alterado al desconocido que me está llamando al móvil.

- Sí? – Digo mientras se escucha preguntar “quién es” de nuevo a la mujer en el telefonillo. Seguidamente, separándome el móvil de la oreja, respondo a la mujer. - Sí!... un momento, por favor.- Y continúo escuchando al teléfono. Mi rostro se torna aliviado, ilusionado aunque todavía confuso.

El hombre al otro lado del móvil me ha confirmado que puede haber sido vista por una de sus empleadas en el centro comercial de la calle Princesa, pero que no puede confirmar que ha sido a ella.

Sin siquiera despedirme de la mujer que había dejado colgada al telefonillo y a penas con un “gracias, adiós” a quién acababa de llamarme al móvil, salgo a correr de nuevo calle abajo. Ahora todo deja de existir a mi alrededor. Ni gente, ni ruidos, ni imágenes, salvo la de ella entre los bastidores cargados de ropa y complementos en el centro comercial. Ni siquiera pienso en el aire que me falta, ni en los latidos que llevan a mi corazón al borde del más puro infarto. Sólo quiero llegar, sólo pienso en encontrarla.

Cruzo una vez más la plaza de la Puerta del Sol hacia Preciados. Corriendo a toda prisa, entre choques y tropiezo, en unos minutos estoy en la planta baja del centro comercial. Subo los escalones de las escaleras mecánicas de acceso de dos en dos. Estoy entre los cosméticos. Avanzo por el pasillo central mirando por todas partes, pantys y calcetines, bolsos y complementos,…, bisutería, y justo allí, al final del corredor, con unos pendientes rojos y un lustroso collar de perlas, se encuentra ella.

Me recupero en un instante justo antes de llamarla en tono ahora necesariamente mucho más sereno, observando atónito como se mira embelesada, ajena a toda mi preocupación, en el espejo de pie situado sobre el mostrador.

- Mamá, mamá…- Se gira para mirarme. En un silencio esbozo un suspiro.

- Estás muy guapa… - Ella me mira y sonríe...


sábado, 1 de mayo de 2010

Tú, yo y todos los demás.

Por Luz Mérida




Por ELE

AFRODITAXXI dice:

Estás ahí?

AFRODITAXXI dice:

(Has enviado un zumbido)

AFRODITAXXI dice:

Bueno pues nada, me voy a la cama. Buenas noches!

Último mensaje enviado a las 04:47 del 18/01/09

EROS79 dice:

Eyyyyy… Buenos días nena! Estás levantada?

EROS79 dice:

Anoche tuvimos marchuqui… no? Jejeje…

EROS79 dice:

(Te ha enviado un zumbido)

EROS79 dice:

No estás???

EROS79 dice:

Bueno, dame un toque cuando despiertes, estaré por aquí…

Último mensaje recibido a las 09:08 del 18/01/09

AFRODITAXXI dice:

Holaaaaaa… Buenos días!!!

AFRODITAXXI dice:

(Has enviado un zumbido)

Último mensaje enviado a las 11:38 del 18/01/09

EROS79 dice:

Buenos días guapa!!! Qué?! Cómo terminaste anoche???

AFRODITAXXI dice:

Ufff… destrozada… vaya semanita…

EROS79 dice:

Te he echado de menos…

AFRODITAXXI dice:

Ummmm… jejeje… No tenía Internet en el hotel…

EROS79 dice:

Ni batería en el móvil… jejeje

EROS79 dice:

Has estado con Lucas?

AFRODITAXXI dice:

Jejeje… por supuesto!

EROS79 dice:

Qué cabrona! … Cuenta, cuenta!!!

AFRODITAXXI dice:

Mira que te gusta chinchorrear… morbosillo…

EROS79 dice:

Y a ti explayarte, anda venga, si lo estás deseando…

AFRODITAXXI dice:

Jajajaja…

AFRODITAXXI dice:

El lunes por la tarde llegué a Madrid a eso de las nueve. Él tenía el día libre así que me vino a buscar a la estación de autobuses para acompañarme a dejar las cosas en el hotel y salir a cenar por ahí…

AFRODITAXXI dice:

Me llevó a un restaurante en Alcalá, donde vive en realidad. Estaba chulo, no recuerdo el nombre, pero era algo así como indio o pakistaní. Estaba decorado con telares, estatuillas y cuadros orientales y un montón de joyas y muebles en exposición que se vendían a precios no precisamente para cualquier bolsillo…

AFRODITAXXI dice:

Una luz muy tenue y zona chill out muy apropiada para la ocasión… jajaja… Parecíamos dos “enamorados” devorándonos la boca sin atender al pobre camarero que venía de vez en cuando a preguntar “todo bien?”…

EROS79 dice:

jajajaja… enamorados…

AFRODITAXXI dice:

Ya sabes que es una forma de habar…

EROS79 dice:

Si ya lo sé nena… anda calla y sigue!

AFRODITAXXI dice:

Joooo!

AFRODITAXXI dice:

Bueno, después de la cena fuimos a su casa, apartamento de un dormitorio estilo ikeiano de típico divorciado madurito que para poco por allí. Estaba todo muy ordenado… jajaja…

AFRODITAXXI dice:

Pero era acogedor… me gustó… aunque tenía fotos de sus hijos por todas partes y me daba un rollo un poco extraño…

EROS79 dice:

Bueno tía, a ti eso qué más te da, si no quieres nada serio con él...

AFRODITAXXI dice:

Ya… pero no sé, es… raro…

AFRODITAXXI dice:

Bueno… te sigo contando!

AFRODITAXXI dice:

Puso música en el DVD y una barrita de incienso y preparó dos infusiones mil flores mientras yo me hacía un canutillo acomodándome en el sofá…

EROS79 dice:

Tú siempre poniendo el toque… viciosilla…

AFRODITAXXI dice:

Jejeje… ya me conoces…

AFRODITAXXI dice:

Nos sentamos a hablar, beber y fumar, pero tardamos poco en empezar a manosearnos…

EROS79 dice:

Jajajajaja…

AFRODITAXXI dice:

El canuto humeó al final hasta apagarse en el cenicero, las infusiones se quedaron enteras frías sobre la mesa, y Lucas y yo nos dejamos la piel entre los pliegues del sofá… jejeje…

EROS79 dice:

Me estoy poniendo cachondo…

AFRODITAXXI dice:

Oye nene, que no te veo las manos!! Jajaja…

EROS79 dice:

Anda, calla!!... pero sigue!

EROS79 dice:

Jejeje…

AFRODITAXXI dice:

Jajaja…

AFRODITAXXI dice:

Bueno, después de haber pasado al menos un par de veces todos los tracks del CD que sonaba en Dolby Surround, un Latin Jazz muy embaucador por cierto, nos fuimos a la cama…

AFRODITAXXI dice:

Allí el sexo siguió durante horas… hasta caer rendidos… dormidos!

EROS79 dice:

Guárdame los detalles para otro momento nena, que ahora llego tarde a una cita…

AFRODITAXXI dice:

Jajaja… tonto!!!

AFRODITAXXI dice:

Creo que dormir… dormimos poco, pero al despertador le dio igual cuando tuvo que sonar a las ocho en punto de la mañana!

EROS79 dice:

Hay que estar a las duras y a las maduras darling… jejeje…

AFRODITAXXI dice:

Si… eso lo dices porque estas celoso… jajaja…

EROS79 dice:

Yo??? Si eres muy fea! jejejeje…

AFRODITAXXI dice:

Y tú eres idiota! Jujuju…

AFRODITAXXI dice:

Bueno qué? Quieres que siga o no?

EROS79 dice:

Pues claro tontica…

AFRODITAXXI dice:

Nada echamos un polvo de buenos días que me hizo llegar tarde al curso más de quince minutos, a pesar de que tardé casi menos de la mitad de tiempo en arreglarme para salir… ya ves…

AFRODITAXXI dice:

Después de eso no lo volví a ver hasta ayer. El martes ambos estábamos destrozados, él decidió quedarse en su casa y yo en el hotel…

AFRODITAXXI dice:

Y el miércoles tenía guardia de 24 horas, así que acordamos ya vernos ayer para comer, a mi salida del curso…

AFRODITAXXI dice:

Me recogió y estuvimos tomándonos una tapa por ahí hasta que por supuesto, entre vino y vino, nos volvió a entrar el calentón… jajaja…

EROS79 dice:

Y qué… en el coche??

AFRODITAXXI dice:

Jeje… si, tras un vano intento de subirnos al teleférico… jajajaja… estaba cerrado…

EROS79 dice:

Jajajaja…

AFRODITAXXI dice:

La casa de campo fue la alternativa, paramos en el aparcamiento del parque de atracciones…

EROS79 dice:

Vaya tela… como las mujeres de moral ligera… jajaja

AFRODITAXXI dice:

Has de saber que no me ofendes…

EROS79 dice:

Y tú que no es mi intención querida…

AFRODITAXXI dice:

Ayyyyyy… love you!!! Jejeje…

AFRODITAXXI dice:

En fin, que ya después de eso me llevó a la estación para coger el autobús de vuelta al pueblo y aquí estoy ahora… reventada!! Jajajaja…

EROS79 dice:

Reventada… pues prepárate que en breve vas a tener carga extra de trabajo… jejejeje…

AFRODITAXXI dice:

Por??

EROS79 dice:

No, por nada…

AFRODITAXXI dice:

Por nada?...

EROS79 dice:

Y el curso? Algún niño guapo entre los alumnos? Jejeje…

AFRODITAXXI dice:

Pues uno sí que había, pero demasiado formal y clásico para mí…

AFRODITAXXI dice:

Y demasiado casado… jajaja… ya tengo suficiente con uno que ya lo ha estado…

EROS79 dice:

Jajajaja…

EROS79 dice:

Vaya tela…

AFRODITAXXI dice:

Tú has preguntado… jejeje…

AFRODITAXXI dice:

El curso… interesante… jajaja…

EROS79 dice:

Me alegro de que hayas disfrutado en todos los sentidos…

EROS79 dice:

Te vendrá bien haber estado con Lucas, así cuando estés conmigo apreciarás mejor lo bueno que soy… jajajaja

AFRODITAXXI dice:

Buenoooooo... jejeje…

AFRODITAXXI dice:

Te echo de menos… jo…

EROS79 dice:

Ey ey ey… no te me pongas romántica nena, yo sólo quiero aprovecharme de ti ahora que estás de buen ver y cuando tengas unos años más y más carne en el culo te dejo por una jovenzuela de ventipocos… jajajaja…

AFRODITAXXI dice:

Ya… pero después de tirártela, jugar con ella a los médicos y ligarte a sus amigas, te cansarás… porque no podrá darte lo que yo te doy…

EROS79 dice:

Y qué es eso?

EROS79 dice:

Espera!!!! No me lo digas…

EROS79 dice:

Mmmm… toc toc toc!

AFRODITAXXI dice:

Espera… llaman a la puerta… Quién huevos…

AFRODITAXXI dice:

Eh?… pero tú cómo…?

EROS79 dice:

Ve a abrir anda… tontica…

AFRODITAXXI dice:

Eres!!...

Último mensaje enviado a las 12:10 del 18/01/09

EROS79 puede que no conteste porque aparece como No Conectado.

La avaricia del ser


POR CHURROS Y PATATAS, Producciones creativas

Tengo 29 años, una titulación universitaria y experiencia laboral, en lo mío y en lo que me gustaría que así fuera, pero en paro. Vivo con mi pareja, que tiene 30 años, formación profesional y autonomía, que trabaja poco y casi sin cobrar, y a menudo hasta sin poder pasar factura, aunque esto, por supuesto, sí que se la pase a él.

Habitamos en un piso de VPO vestido de muebles reciclados y artilugios reinventados, por el que pagamos una hipoteca a 40 años que, gracias a nuestra divina providencia, nos fue concedida antes de que estallara esta desconsiderada crisis que a todos nos ha inundado. Y podemos dar gracias a quien pueda concernir, pues de mi salvadora prestación por desempleo y el bote de la pensión de nuestros padres, al menos nosotros podemos seguir navegando, y no ahogarnos.

Esta obra no es sino una metáfora de la condición avariciosa y egoísta del Hombre, esa que tanto dio que pensar a los grandes pensadores ya de antaño. Siempre se quiere más y a menudo por encima de todo, desbordando economías, culturas y civilizaciones y muchas, muchas vidas…

Queriendo exprimir de mi ser las lacras que como humana que soy me atormentan, buscando compartir la reflexión con quienes la escurren sin consideración ni reparo, y con la esperanza de algún día llegar a ser más excepciones que reglas, nace "La Avaricia del Ser".

lunes, 19 de abril de 2010

miércoles, 7 de abril de 2010


Andar... Correr... Avanzar...
Lentamente o más rápido...
A su ritmo cada cual...
Pero siempre en movimiento..., no parados.

Más que mil palabras...


Entre palabras y risas que a duras penas distingue…
baila a solas con sus sueños,
recorriendo con el pensamiento los paisajes de su rostro,
los rincones escondidos de las líneas de su cuerpo.
Si pudiera surcar los mares de su mirada… ay!
Si pudiera romper la armonía de su aliento… uff!
Una imagen que se repite y no es para menos...