lunes, 5 de abril de 2010

Se me va.


Navego encandilada por los pequeños detalles que en realidad no importan y me dejo al pensamiento como si hubiera de ponerle a todo su significado. Termino delirando para mis adentros como si no existiera nada más en el mundo que el mío propio, sin ver que sin embargo hay tantos…; tantos como ojos que miran y corazones que padecen; tantos que hacen que el futuro sea siempre impredecible. Eso es lo mejor de todo. Cualquier cosa de repente te cambia la vida. La mía lo ha hecho ya muchas veces. Sufrir con ello, necesario; ser consciente, importante para no volverte loco; disfrutarlo, el combustible para seguir conduciendo hacia adelante; lo que nunca hay que olvidar, soñar, soñar… soñar.

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